El gobierno estadounidense amenaza con quitarle la licencia para otorgar dominios, por considerar que se está beneficiando económicamente con el nuevo sistema de extensiones .loquesea.

El año pasado, ICANN aceptó cambiar radicalmente los nombres de dominio internacionales, limitados a poco más de veinte, al ampliar la disponibilidad a la cantidad de extensiones que empresas, organismos y entidades estuvieran dispuestas a pagar.

Los “dominios personalizados”, que permiten la creación de extensiones como .buenosaires, .bocajuniors o .dattatec, generaron preocupación en organismos internacionales, que temían la aparición de “ciberocupas” que tomaran como propias extensiones relacionadas a sus entidades, como .onu o .fmi.

Y ahora, es el gobierno de Estados Unidos el que no ve con buenos ojos el sistema de creación de dominios .loquesea o .marca, como se los denomina comúnmente. Los motivos, en este caso, son económicos y éticos. ICANN es un organismo sin fines de lucro, a cargo de coordinar los nombres de dominio internacionales (.com, .net., .org, etc.) y regionales (.com.ar, .cl, .com.mx, etc.), designando las empresas que tendrán permitido registrar dominios de cada tipo y las compañías a cargo de administrar cada extensión en particular.

Su fin es únicamente administrativo y de control, función que realiza y le da forma a la web tal como la conocemos desde 1998, cuando aseguró el contrato sobre la IANA (la Autoridad de Asignación de Números de Internet, de origen estadounidense) por primera vez. Pero, en esta oportunidad, en el país del norte notan conflictos de intereses muy marcados.

Una investigación demuestra que el altísimo costo de los dominios nuevos, que se ofrecen a u$s 185.000 cada uno, beneficiaría directa o indirectamente a miembros actuales o pasados de ICANN, a través de entidades registrantes (empresas que venden los dominios personalizados) o compañías que brindan asesoramiento sobre su uso.

Ante esta situación, el gobierno de Estados Unidos fue contundente: en lugar de renovar el contrato de IANA con ICANN, se limitó a extenderlo temporalmente hasta septiembre.

“No otorgarle a la ICANN el contrato IANA supondría un mazazo a sus cimientos”, ilustró Philip Corwin, consejero legal de la Asociación de Comercio por Internet. “La ICANN necesita el contrato para conseguir la autoridad que necesita para hacer que el programa realmente funcione”.

ICANN tiene seis meses para recuperar la confianza de Estados Unidos y seguir administrando los nombres de dominio en internet.

Fuente: dattatecblog