Un avanzado plan en Canadá para comenzar a implementar la tecnología NFC en estaciones de servicio, tiendas de ropa, supermercados y casas de comida rápida estaría listo en apenas seis meses.

Es cuestión que los tres actores principales lleguen a un acuerdo: bancos, entidades emisoras de tarjetas de crédito y proveedores de telefonía celular e internet. Si entre ellos se organizan, bastará con acercar el smartphone al punto de contacto correspondiente para pagar la compra en el súper, sin necesidad de sacar la billetera o la tarjeta de débito del bolsillo.

Desde hace un par de años, los nombres más importantes del mundo de la tecnología destacan el carácter revolucionario de la tecnología NFC (Near Field Communication), proponiendo como principal atractivo la posibilidad de abonar productos y servicios con el celular. A esta altura, los últimos modelos de smartphones de las marcas líderes son compatibles con esta nueva tecnología.

Por ese motivo, algunos países ya empezaron a analizar seriamente la implementación del sistema (hasta ahora teórico) que llevará a los consumidores a reemplazar sus tarjetas de débito y crédito.

Los ojos puestos en Canadá

Luego de algunas pruebas fallidas en Japón y Corea del Sur, y un intento de impacto reducido pautado para las Olimpíadas de Londres, en Inglaterra, el país que se muestra más preparado para realizar la gran prueba de fuego es Canadá.

“En Canadá estamos más preparados que probablemente cualquier otro país del mundo,” asegura David Robinson, ejecutivo de Rogers Communications, el proveedor de internet inalámbrica más grande del norteño país.

Dos puntos a favor separan a Canadá del resto de los países que intentaron acercarse a la tecnología NFC para realizar pagos desde móviles: en primer lugar, los lectores electrónicos necesarios para realizar las transacciones ya están instalados en gran cantidad de los locales comerciales del país (hoy se utilizan para leer las tarjetas de crédito y débito que usan los canadienses, con chips NFC más seguros, según indican, que las cintas magnéticas comunes); por otro lado, la mayoría de la población del país ya utiliza los smartphones nuevos o los va a empezar a usar pronto, debido al alto grado de upgrades que se experimenta en Canadá.

Bajo estas condiciones, sólo es necesario actualizar el software de los lectores electrónicos para que interpreten las compras con el celular, y acordar los beneficios para el cliente, de manera que prefiera sacar el smartphone del bolsillo a la hora de abonar, en lugar de la billetera o la tarjeta.

Robinson asegura que Canadá puede tener lista su “billetera móvil” en un plazo de seis meses.

Adiós a los cajeros automáticos

El plan hasta el momento es que las proveedoras de telefonía celular cobren una cuota anual fija para permitir que los bancos carguen las credenciales financieras de un cliente en la tarjeta SIM de su móvil (siempre que el mismo, se comprende, sea compatible con la tecnología NFC). De esa manera, el smartphone estaría en condiciones de reemplazar a la tarjeta de débito y crédito del usuario. La proveedora del servicio de telefonía y datos no recibiría ningún porcentaje de las compras hechas desde el celular.

“Los cajeros automáticos se van a convertir en los teléfonos públicos del futuro,” arriesga Almis Ledas, COO de EnStream, entidad que agrupa a las tres compañías de telecomunicaciones más importantes de Canadá, destacando cómo la masificación de los celulares llevó prácticamente a la desaparición de los teléfonos públicos. La “billetera móvil” tendrá un impacto similar sobre los cajeros automáticos y hasta podría llevar al cierre de sucursales bancarias, estima Ledas.

En un mundo preparado para esta tecnología, los cupones con descuentos, el carnet del club, la entrada a un recital o, incluso, el carnet de conducir, podrían verse reemplazados por el celular. Estaremos atentos a Canadá para ver el sistema en funcionamiento antes de fin de año.

Fuente: dattatecblog.com